CONFESIÓN DE AMOR
A mi hija Gloria Marimelda
Blanca Fernanda, quien acaba de
dar a luz a mi primer nieto
Andrés Alejandro
Confieso que la amo.
Es la caracolita de oro de un cuento de mi madre,
el caballito de luna de un cuento de mi padre
las lágrimas derramadas de mi madre
las torturas sufridas por mi padre,
la guitarrita de los juegos de mis hijos,
la ola violenta del mar de San Juan del Sur,
la maravilla del mundo que es el río San Juan
los ocho mil kilómetros cuadrados de historia del lago
de la señorial Granada.
Es mi casa, mis hijos, el hombre que quiero .
Es mi Patria que habita en mi,
y confieso que la amo.
Por eso soy un pájaro descuadernado cuando me ausento.
Creció conmigo como el canto de un zenzontle
como fluyen las aguas de los ríos
como un árbol frondoso en el centro de mi corazón
donde se han empozado las aguas del llanto.
Creció como maraña de ramas
se enroscó en mis venas
como el azote de un viento.
como el alba penetrando las rendijas.
Mi amor creció como si el hambre no existiera,
ni el destierro, ni la tristeza, ni la pobreza,
ni la pena, ni la melancolía, ni el olvido,
ni la sombra amordazada de lo justo o de lo injusto
y me hizo mujer de aguas y volcanes.
Mi patria Nicaragua,
tierra de la sangre derramada,
lugar donde nace y muere el arcoiris
con sus cielos y sus infiernos
con su cofre de sueños, con sus tragos amargos,
con su mito de aquí está el paraíso,
en constante lucha entre la sangre
y el corazón de sus habitantes
y donde encontramos el horizonte
tras un largo caminar.
Me siente y me extiende suya
como cordillera conquistada,
por piratas y bucaneros.
He viajado por su lluvia y por su espuma
como Minotauro con alas
como Dragón guardián de sus sueños imposibles.
Por eso quiero cuando muera
que me entierren con un trozo de su cielo
que me guarden agua de su lago
y que un puño de su tierra
me cubra la piel
donde escriban mi nombre y su nombre.
NUNCA MÁS
En homenaje al Dr
del asesinato de un mártir en 1967, y luego él
mismo asesinado por la guardia genocida somocista.
Uno de los cuentos que me hacían cuando estaba niña
era de cómo se morían las estrellas,
era fantástico, pero me producía pesadillas.
En mi inocencia,
en mis sueños, trataba de encerrarlas en un cofre para que no las encontraran
y tiraba la llave al fondo del mar.
ésto era mágico para mí.
Ha pasado mucho tiempo desde entonces,
Pero hace poco desperté afligida porque en mis sueños habían escapado las estrellas de los cofres, y con ellas una historia vivida,
que estaba envuelta en la niebla, en el infierno del olvido
que estaba atrapada en un rincón de mi corazón.
Esa noche se abrieron puertas y compuertas
y como un chiflón, como una exhalación,
escaparon presurosas mis estrellas,
como viento del desierto levantando arena
produciéndome quemaduras en el cuerpo.
esta noche infernal no tiene un solo escondite,
el sueño vuelve y me impresiona:
“Se lo llevó la guardia preso con su hermano, se lo llevaron
a empujones, montones de guardia, todo mundo lo vio
y están desaparecidos.
Semana Santa cruel, vía crucis por Managua,
de radio en radio, de periódico en periódico
de cárcel en cárcel, otra vez, y otra vez. De nuevo la misma historia de cuando niña. Hasta
Nadie lo tiene, aquí no está , quieren perjudicar a la guardia,
Búsquenlo, búsquenlo, búsquenlo,
Nada, Nada, Nada, Nada.
Una noche fui citada de manera secreta
a una entrevista con el médico de la guardia nacional,
lugar secreto,
jurar, jurar, jurar, jurar, jurar, no decir nada, no decir nada
Él está muerto, lo mataron, lo masacraron, está muerto, despedazado,
pero su hermano está vivo¡Lo tiene la guardia¡¡¡¡¡¡¡
Hay que salvar a su hermano, dice el médico.
Hay que salvar a su hermano es la orden de mi corazón:
tienes que actuar, tienes que moverte, tienes que gritar,
Hay que estremecer a la nación.
Hay que estremecer la conciencia del mundo
para que nunca ocurra, para que no suceda más nunca,
para que lo sepan las piedras, las nubes, los árboles
las hojas, el viento, los hijos, los hijos de los hijos,
las madres, los padres, el pueblo entero.
Para que el hombre queme su mala levadura
Para que mate el animal que lleva dentro
Para que los hombres sean hombres y no bestias,
Para que no olvidemos, para que no olvidemos,
Para que no olvidemos, para que no olvidemos
Para que nunca ocurra más, para que nunca ocurra más
Para que nunca ocurra más, para que nunca ocurra más
Para que no lloremos por nuestros hijos, para que no lloremos
Por nuestros padres, para que no desparezcan a nuestros hermanos,
Para que nunca más, para que nunca más, para que nunca más
nuestro suelo Patrio se llene de sangre
Para que no sangren nuestros corazones, ni lloren nuestras almas
Hay que hacer marchas, hay que tirarse a la calle, hay que denunciar, que aparezcan nuestros deudos,
que nos entreguen a los detenidos,
demos los nombres de los esbirros
demos los nombres de los torturadores
señalen nuestras manos a los que fueron
señalen nuestros dedos al criminal y sus conjurados.
está muerto, está muerto, está muerto.
Su cuerpo despedazado pedazo a pedacito
Y para ocultar el delito
dejado caer en el cráter del Volcán.
Horror de los horrores, grito, grito, grito, grito
grito, grito, grito, grito, grito, grito,
que llegue hasta el cielo, que conmueva a los mares,
que se estremezcan los bosques,
que lloren los ángeles, que lloren el sol y las estrellas,
alarido, alarido, alarido, alarido, alarido, alarido,
desgarro, desgarro, desgarro, desgarro, desgarro.
Hay que salvar a su hermano me dije y mi corazón:
luchar, está vivo, está vivo, está vivo, que lo presenten,
Que lo entreguen, que lo entreguen, que lo entreguen.
Cae de bruces mi pobre alma, mi pobre cuerpo
Mi corazón de niña se hizo una cascarita.
Los fantasmas de los muertos
Me acariciaban la cabeza.
Nicaragua, había llegado por el túnel de la vergüenza hasta el final
No pudimos enterrar su cuerpo
Pero su hermano fue liberado.
Por mi parte, recogí mi corazón que como decía Vallejos,
Se encontraba tirado debajo de un zapato viejo,
Mi padre me recibió esa noche con un abrazo y un beso
Y lloramos los dos interminablemente.
Luego me senté a esperar en la oscuridad
La llegada del nuevo día.
(
A 30 años del triunfo de
A 20 años de la pérdida de la Revolución.)
QUIERO VER EL DÍA CON EL COLOR DEL ÁMBAR
A veces es difícil acomodarse
a la edad real del cuerpo
cuando se tiene un espíritu ligero
un alma libre que ambiciona siempre
asaltar el Universo.
A veces el cuerpo, con heridas y cicatrices
y un corazón con sed y quemaduras
retrocede lleno de vértigos
y quiere un rincón donde respirar tan sólo.
Pero el alma, desafiando las mentiras,
las deslealtades, la traición y el fracaso
acepta el reto, el impulso de la vida
que te salva del naufragio
y como tigra en un bosque de mariposas
lanza en ristre va hacia el mundo.
A veces quiero juntar :
mi cuerpo y mi alma
para que no vivan separados:
a mi cuerpo que a veces desfallece
y no lo comueve el titilar de las estrellas,
ni las figuritas de cristal
que hacen las nubes con el viento,
y a mi alma que es un ángel o pantera.
Que vivan dentro de mí,
para que tengan un horizonte juntos
para que las luciérnagas del norte y el sur
del oriente y el occidente sean antorchas en su caminar
para que destruyan las gotas de lágrimas
que intenten salir a luz
para que cuenten o inventen historias
despampanantes como un Hollywood de mi casa,
para que puedan ver a las palomas batir sus alas
y que en un poema todo quede dicho.
Aquí está la página en blanco
para escribir un mundo de fantasía,
y para poder leer con mis ojos
las delicias del tiempo
y empezar de nuevo el viaje
y encontrar el misterio terrible del amor.
Por favor júntense alma mía y cuerpo mío
para que pueda ver la noche sin temor,
para que pueda separar la mentira de la verdad
y la verdad de la mentira
para que pueda huír del dolor, que corre en el crepúsculo
para que la cajita de música guarde mi ternura
para que pueda ver a los ríos que corren con música de cielo
las iglesias que guardan la luz del sol
para que nuestros corazones tengan
un cofre donde guarden el asombro
con historias y esperanzas,
y que todo puede haber sido y puede ser
para que pueda correr desnuda con la luz del viento
para que me pueda envolver con la luz de la luna
para que pueda ver el día cubierto por el color del ámbar.
SOY
A mi padre, quién muchas veces fue
encarcelado, torturado y dado por desaparecido,
durante la dictadura somocista.
Me despertó el ruido de la lluvia
el vuelo presuroso de pájaros huyendo
la luz fuerte de un trueno en la distancia
y tu mano en mi frente diciéndome: tranquila, tranquila.
Era hoy, ayer, cuando estaba niña?
Soñaba o estabas conmigo padre mío?
Te oía cansado, como cuando te dio el infarto
y te hospitalizamos en el hospital Bautista
me pedías que te masajeara el pecho.
Pasé horas con mi mano en tu corazón
que aún siento palpitar en la cuenca de mí mano
como si fuera el corazón mío.
Pienso en mi vida enfrentada con fiereza,
en mi historia, en mi mundo, en el mundo de los míos,
y te veo en cada partícula de viento que nos sopla
en la certeza cierta que yo tengo
de que siempre estás conmigo.
Te acuerdas de cuando en compañía de mi madre
te visitábamos en la cárcel?
Cuando te buscábamos por meses, de cárcel en cárcel,
y no aparecías , y nos decían no te tenían, que estabas desaparecido?
Que días aquellos tan tristemente tristes……
y cuando te liberaron , que te desmayabas a todas horas
y gritabas aterrado por las noches
y había que detenerte porque te levantabas de la cama
y corrías despavorido, queriendo huir de algo o de alguien
y había que inyectarte y se pensó que habías enloquecido?
Es que las torturas de la dictadura
volvían y hacían guiñapos a los hombres
y ponían en sus manos las vidas hechas pedazos
como un espejo roto que de pronto vio el mar
y se tiró al vacío.
Te acuerdas cuando vos loco de susto
me fuiste a buscar a mi primera manifestación de protesta
por el asesinato de los estudiantes del 23 de julio?
Era el primer o segundo aniversario no recuerdo bien,
llegó la guardia y con bombas lacrimógenas y culatazos
deshizo la manifestación.
Tendría yo unos quince años?
Y de pronto te vi en medio de la multitud
buscándome, llamándome a gritos
aterrado, miedoso de que me hubiera pasado algo.
Como te entiendo ahora que tengo a mis hijos.
En esos tiempos lo que hiciste me dio mucha vergüenza,
me escondí, te dejé solo y hoy que lo recuerdo
pienso que no he podido olvidarlo nunca
y se me acongoja el corazón
y me hace querer atrapar el tiempo con el puño,
retroceder, cambiar la historia
deshacerla con furia animal y tirarla al vacio
partir la noche de mis recuerdos
como en una fiesta con piñata ,
desbaratar los recuerdos y desnudarlos totalmente
que se queden como en un altar de pueblo
como en una estación de tren vacía
llena de fantasmas.
Perdóname, Perdóname , Perdóname, Perdóname
escucha el réquiem
el galope , el trueno, el latigazo
de mis tímpanos rotos
ante el canto fúnebre de los pajaritos
no me despiertes con tu silencio de sombras
apapáchame, dame un beso, abrázame, háblame papá
soy la sangre roja de tu sangre
que persigue desde la prehistoria
el ruido de tu corazón entre sus sueños.
TIGRA CON MANCHAS
En el espejo de esta lluvia intensa
aguacero de llantos y nostalgias
me veo con la imagen de una tigra
mostrándose los dientes
y su corazón de dragona sin alas.
Abro mi boca para restregarle mi guerra
los portones de mi cárcel,
el umbral de mi piel,
la penumbra de mi cielo,
el sinfín de mi mundo trastocado.
Un rugido extraño me estremece,
observo en mi cuerpo las manchas del tigre,
y el temblor de mi alma eriza mi piel.
Ahora camino y me muevo como tigra,
tengo recuerdos felinos que trastornan mi cabeza
el grito de los congos me parte el corazón,
y deseo masticar mariposas
y hundir mi cuerpo en la maleza
restregarme de mañanas sin dueños
arañarme la imaginación que me impulsa al salto
y al asalto del ronroneo y la pereza.
Quiero desaparecerme de mis garras el olor a verde
y la impudicia del agua,
la luz pervertida de la luna entre mis ojos
el vértigo de la música de los pájaros,
el flagelo de soñar todas las noches sin fin.
Y tu figura resbala en mis pupilas,
Te veo reflejado en la luz que la luna
estampa en el amanecer de mi río,
o en el lecho profundo de mi ojo cerrado,
y veo caer tu palabra igual cuando se derriba una muralla
arrastrándo lágrimas, relámpagos, algarabía y desenfrenos ,dolor infinito.
Y queda entre mis ojos, en medio de la frente
tu amor como un tatuaje
y es como las manchas del tigre,
es como la lluvia en cascadas,
como la espesura de mi bosque
donde bailo y me estiro, bostezo y corro,
corro sin parar y salto en busca del vacío,
quizás encuentre mi estrella que se fue a refugiar
hace muchas lunas en los brazos de la muerte,
soy, tigra sola en danza irreflexiva con los arrebatos.
Busco su olor y no lo encuentro,
aspiro el aire y me atravieso la espuma y el rugido del mar,
la selva la tengo en la sangre,
me agito y muestro los colmillos coronados con los cuernos de la luna,
soy bosque, río, reserva biológica,
Patrimonio de mi sola humanidad,
soy la tigra que busca y espera
la música que tensa el cuerpo de mi guitarra
y bailo, bailo como araña tejiendo la tela
que te atrapará en el cielo de mi vida,
para engullirte entre el colchón y mi almohada,
entre la tierra húmeda de mi patio
y la hojarasca del lago de Granada,
o en el muelle de San Jorge, Rivas,
debajo de cada tabla despegada.
Ven ratoncito mío, que ya son las 12,
tengo desplegada la mesa de tus pasiones,
el baile de la fiera desnuda
al pie de tu arcoiris.
Tienes que venir volando,
antes que se deshaga el hechizo
y dejes de ser mi Rey León,
mi Rey de
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